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viernes, 26 de julio de 2019

La ansiedad y la depresión, dos grandes enemigos de niños y adolescentes


Cuando se trata de tratar la ansiedad en niños y adolescentes, Instagram, Twitter y Facebook son la perdición del trabajo que en ese sentido hacen los terapeutas.

En las redes sociales todo se trata de la imagen que se tiene de sí mismo, a quién le gustamos, quién nos observa, quién hace clic en nuestras publicaciones, etc. Y en este juego permanente de querer llamar la atención, de querer ser aceptado, apreciado, elogiado, los niños y los adolescentes son los que siempre llevan la peor parte.

Quienes hacen de las redes sociales su hogar, saben que están expuestos a eso día tras día y nunca esa clase de situación será positiva para ninguna persona.


La ansiedad y la depresión son los principales problemas de salud mental entre los jóvenes de todo el mundo y mayormente, entre los jóvenes de las sociedades más desarrolladas. Año a año, las estadísticas mundiales en el tratamiento por problemas de ansiedad y depresión de niños entre los 6 y los 17 años de edad, aumentan dramáticamente.

Y no es de extrañar que esto sea así. Hasta hace solo unos cuantos años, los niños y los adolescentes eran libres de crecer como querían crecer. Poco o nada importaba la imagen personal y el reconocimiento de los demás, y la libertad en ese sentido era muy superior. Con la llegada de Internet y el boom de las redes sociales que comenzaron a posicionarse fuertemente al finalizar la primera década de este siglo, los niños y adolescentes comenzaron a sufrir una enorme presión y comenzaron equivocadamente a compararse con otras personas a quienes perciben como más inteligentes, más hermosas, más afortunadas, más exitosas. Entonces frente a los niños y adolescentes comenzó a aparecer una pregunta, ¿cómo puedo hacer para ser tan inteligente, hermoso(a), afortunado(a), querido(a), aceptado(a) como lo son aquellos(as) que dominan las redes sociales?

Y fue entonces cuando la ansiedad y la depresión que antiguamente eran manejables, comenzaron a escalar rápidamente entre los más jóvenes y a salirse de control.

En los más grandes es peor

Lo peor de toda esta situación, es que las cifras empeoran alarmantemente entre los jóvenes de 18 y 19 años de edad. Desde el año de 1985, el Instituto de Investigación de Educación Superior de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles), ha estado preguntándole de forma sistemática a los estudiantes de primer año si se sentían "abrumados" por todo lo que tenían que hacer. El primer año, en 1985, el 18 por ciento de los estudiantes respondió afirmativamente. Para el año 2000, esas respuestas alcanzaron un 28 por ciento. Para el 2018, la respuesta afirmativa se elevó al 41 por ciento y las cifras no paran de crecer.

Cuando se compara a los estudiantes modernos con los de la era de sus abuelos o bisabuelos, la diferencia es más que notable. Hasta la década de los 90, los niveles de ansiedad y depresión no llegaban a afectar a más del 20% de los estudiantes en edad escolar. Hoy en día, más de la mitad de los estudiantes encuestados, presentan alguna clase de desorden en su comportamiento, motivados por la ansiedad y la depresión.

Y es apenas lógico. Hace 30 años, los estudiantes jóvenes, se limitaban a sentarse a ver la televisión y poco o nada podían hacer para manipular la información que recibían a través de este medio. Con la llegada de Internet y todos sus “subproductos”, los jóvenes de hoy en día saben que existen guerras, que la economía no funciona bien, que la sociedad está colapsando, que la situación general tiende a empeorar y, en resumen, sienten que no pueden hacer absolutamente nada para evitar el desastre que han ocasionado los mayores.

La ansiedad y la depresión es algo más común hoy en día de lo que la mayoría de padres puede imaginar. Teniendo en cuenta que en los hogares existe cada vez una brecha más grande entre padres que trabajan y nunca están en casa, e hijos que se crían completamente en soledad, no es de extrañar que los niños y adolescentes de estos tiempos modernos, sean presa fácil de todos los males que pueden aquejar a una persona joven que no cuenta con el apoyo y la orientación suficientes para encauzar su propia vida de una manera correcta.

El bullying siempre está al acecho

Sumado a todo lo anterior que ya de por sí es algo desfavorable, se debe tener en cuenta que los niños y adolescentes modernos están sometidos a una presión que no se puede catalogar como normal. El bullying en las escuelas y colegios, es tema de conversación diaria en todas partes del mundo en donde a algún niño o adolescente, le son vulnerados sus derechos a través de la crítica y la burla despiadada de sus propios compañeros de estudio, que ven en el acoso a los demás, una manera de desahogar toda esa frustración que experimentan producto de los problemas en casa, la carga escolar, la falta de dinero y de oportunidades de sus padres, y un sinfín de detonantes que llevan a los niños y adolescentes a convertirse en verdugos y depredadores de sí mismos, ante la cada vez más frecuente ausencia de padres responsables que puedan hacerle frente a tiempo a esta situación.


Casi un tercio de todos los adolescentes del mundo entre los 13 y los 18 años de edad, que viven los países más desarrollados e industrializados, experimentarán alguna vez un trastorno de ansiedad durante su vida, y dicha carga de ansiedad es mucho más notoria en las niñas que en los niños.

Identificar la ansiedad en los niños en su etapa más temprana, es fundamental para evitar que, con los años, se desprendan de allí otra clase de afeccione aún más graves y complejas. Así que preste atención a sus hijos a tiempo, porque es probable que ellos lo estén necesitando con urgencia y usted aún no se haya dado cuenta.

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